dimarts, 8 de febrer del 2011

Un dels meus contes...

Una amiga m'ha insistit en que l'hi agradava un dels meus contes (de la carpeta de textos i paranoies meves) que va sobre la vida d'un vagabund i he pensat que potser us agrada (a més, no tenia cap artícle d'opinió pensat!)

Diario de un parado:

Vivimos como soñamos, solos. Joseph Conrad

Jorge se disfraza cada mañana en su caja de cartón mientras el sol amanece en la gran ciudad. Al ponerse sus zapatos de color marrón viejo y meter sus braços ahuesados en el abrigo, se pone en pie. Anda, tembloroso, hasta la panadería de la calle San Pedro donde le esperan dos barras de pan del día de ayer. Al cogerlas, nota el frescor que transmiten tras haber permanecido en el suelo tanto tiempo. Hoy está disgustado, unos pájaros negros andaban picoteando sus barras y le dejaron sin un buen trozo de la primera. El hambre de Jorge compensa la dureza del mordisqueo. Mientras las ablanda en su estómago, Jorge encuentra un periódico del día anterior que le irá perfecto para cambiar de sábanas. Juan engulle el pan con sabor al vino de mesa que se tomó cuando el frío empezó a caer en la noche de su Barcelona. Mientras la ciudad se levanta de sus alcobas calentitas para reanudar sus vidas. Es Navidad y los comerciantes abren con la esperanza de que la gente invada sus calles cargando bolsas y más bolsas de sus tiendas para así paliar la crisis que Jorge había leído en el periódico de ayer. Él los ve pasar des de su privilegiada cama en una de las más céntricas calles de la ciudad. Corte Inglés, Zara, Mango, H&M y muchos más establecimientos se llevan la palma. Él se pasa la mañana haciendo balance de marcas y las bolsas. Los lunes ganaba el Corte Inglés y el Sábado se llevaba la palma FNAC. Al final de las Navidades, Jorge hacía su propio balance de las bolsas que pasaban junto a su cama.
Así es la vida de Jorge, un economista frustrado al que la crisis le jugó una mala pasada.



Josep Gonzàlez Cano

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